Cryomation ha desarrollado un método alternativo para el entierro y la cremación. El cuerpo del fallecido se sumerge en nitrógeno líquido a una temperatura de -196 grados, punto en el que el cuerpo se vuelve muy frágil. Seguidamente, el cuerpo se crioliza en pequeñas partículas permitiendo la eliminación de cualquier implante. El agua es eliminada por liofilización -un secado en frío- y después, los restos son esterilizados y puestos en un contenedor biodegradable para el entierro, ocupando mucho menos espacio que en un entierro tradicional. Este proceso de criomación reduce la emisión de CO2 y permite que los restos se descompongan de manera completa en 12 meses, volviendo al ciclo orgánico de la vida.